La impresionante secuela de La hija de la Diosa de la Luna ahonda todavía más en la apreciada mitología china y concluye la épica historia de Xingyin. La hija de Chang’e y el arquero mortal Houyi se enfrentará a una nueva y peligrosa amenaza para el reino en esta poderosa historia de amor, sacrificio y esperanza.

Tras haber conseguido que el Emperador Celestial liberase a su madre, Xingyin disfruta de la maravillosa tranquilidad de su hogar. Pero su frágil sosiego se ve amenazado por el descubrimiento de una extraña magia en la luna y los inquietantes cambios que se llevan a cabo en el Reino Celestial a medida que el emperador consolida su poder. Aunque Xingyin está decidida a mantenerse al margen del creciente peligro, un descubrimiento impactante la impulsa a meterse de lleno en una peligrosa confrontación.

Obligada a abandonar de nuevo su hogar, Xingyin y sus acompañantes se adentrarán en tierras inexploradas de los Dominios Inmortales, donde se toparán con criaturas legendarias, monarcas astutos, buenos amigos y adversarios encarnizados. Las alianzas serán tan volubles como el viento y ella tendrá que olvidar algunos rencores del pasado para forjar un nuevo camino, pidiendo ayuda en lugares inesperados. Cuando una amenaza indescriptible se extienda por todos los dominios, Xingyin deberá descubrir la verdad que alberga su corazón y abrirse paso a través de la devastación para alzarse contra dicha calamidad antes de que destruya los reinos que ha llegado a amar… incluso si para ello debe pagar el precio más alto de todos.

Un apasionante debut inspirado en la leyenda de Chang’e, la diosa china de la luna, donde la cruzada de una joven por liberar a su madre la llevará a medir sus fuerzas con el inmortal más poderoso del reino.

Al crecer en la luna, Xingyin está acostumbrada a la soledad, sin saber que se la está ocultando del temido Emperador Celestial, que exilió a su madre por robar el elixir de la inmortalidad. Pero cuando la magia de Xingyin se manifiesta y su existencia es descubierta, se ve obligada a abandonar su hogar y dejar atrás a su madre.

Sola, indefensa y asustada, se abre camino hasta el Reino Celestial, una tierra de ensueño llena de secretos. Tras ocultar su identidad, aprovecha la oportunidad de entrenar junto al hijo del Emperador, exhibiendo dotes maestras para la arquería y la magia, incluso cuando la llama de la pasión se enciende entre el príncipe y ella.

Para salvar a su madre, Xingyin se embarca en una peligrosa misión, enfrentándose a criaturas legendarias y enemigos despiadados. Sin embargo, cuando la traición asoma y la magia prohibida amenaza al reino, deberá desafiar al despiadado Emperador Celestial mediante un peligroso acuerdo, debatiéndose entre perder lo único que ama y desatar el caos en el reino.

La hija de la diosa de la luna es el inicio de una fascinante y romántica bilogía donde la antigua mitología china se entreteje con una historia impresionante llena de magia y seres inmortales, de pérdida y sacrificio, en la que el amor y el honor rivalizan, los sueños se encuentran plagados de engaños y la esperanza se alza triunfante.

«Sue Lynn Tan ha escrito un debut impresionante que conseguirá llevar a los lectores hasta la luna. No recuerdo la última vez que un libro me sorprendió y me entusiasmó tanto como este. Épico, romántico y cautivador. Me encanta este libro.»

—Stephanie Garber, autora best seller del New York Times de la saga Caraval

«La hija de la diosa de la luna es una apasionante aventura inspirada en la leyenda de Chang’e que explora hasta dónde puede llegar una mujer en aras de la familia, la lealtad y el amor. Prepárate para perder la cabeza por esta historia repleta de magia.»

—Ava Reid, autora de La loba y el leñador

«Este brillante e irresistible debut nos traslada sin esfuerzo a las tierras celestiales de la fantasía épica china. Tan construye de forma magnífica el romántico y peligroso encanto de este mundo inmortal, pero no pierde de vista ni por un momento la espléndida humanidad de su historia. Una delicia no solo para los amantes de los dramas fantásticos chinos, sino también para los neófitos.»

—Shelley Parker-Chan, autore de She Who Became the Sun